Agosto/2003
Boletim nº 111

Deseamos todos ser felices, sin embargo buscamos la felicidad fuera de nosotros, através de expectativas en relación a las personas – familia, amigos, vecinos, jefes – o a las cosas materiales – dinero, ropas finas, automóviles, viajes, un excelente empleo, o tal vez una empresa de nuestra propiedad – causando un gran apego a todas ellas. Esta situación sirve de alimento a nuestro EGO, causando una falsa sensación de poder y éxito, que nos torna orgullosos, vanidosos y a veces arrogantes.

No entanto, un día la vida nos golpea duramente y nos obliga a pensar. Percibimos que nada de esto es la verdadera felicidad y sí una dolorosa trampa llamada “sufrimiento”.

Sufrimiento como consecuencia del cambio, de la pérdida, de la desilusión, de la angustia, de la ansiedad y estrés que surgen en el intento de tener o mantener constantemente a alguien o algo que no puede ser mantenido para siempre.

Como la mayoría de nosotros no soporta el sufrimiento, nos sumergimos en crisis interiores y exteriores que nos provocan frustración, dudas, miedo, rabia e indignación contra los cambios que suceden y que continuarán a suceder a cada momento, queramos o no.

¿ Cuál será la verdadera razón de este sufrimiento? ¿ Por qué no conseguimos ser felices eternamente? La principal razón de nuestro sufrimiento e incapacidad para ser felices, es nuestra ignorancia en relación a la verdadera realidad de lo que nos rodea. Es el deseo constante de que cosas y situaciones agradables y favorables estén siempre a nuestro lado ( apego) y que cosas y situaciones desagradables y desfavorables no nos lleguen nunca (aversión).

“Nada es pemanente, excepto el cambio.” ( Heráclito – filósofo griego)

La vida está permeada por el constante e implacable cambio: todo cambia a todo momento, nada permanece igual ni siquiera por un minuto, sólo que no nos damos cuenta. Comprender esta verdad universal nos permite observar nuestras ilusorias creencias y falibles puntos de vista, así como nos ofrece la oportunidad única de practicar la ecuanimidad. ¿ Y qué significa ecuanimidad? Significa tener igualdad de ánimo frente a lo agradable que nos pueda suceder, así como a lo desagradable que pueda surgir. Cultivar la ecuanimidad frente a la vida es difícil, sin embargo no es imposible y nos liberta.

Buddha enseñó una técnica eficaz para obtener la verdadera felicidad y amortiguar el sufrimiento: es la Atención Plena. Atención Plena significa estar vigilante y atento durante todo el día, observando cada pensamiento, cada sentimiento, cada emoción, cada sensación que pueda surgir en el momento presente, aquí y ahora, dejando que aparezcan y desaparezcan sin permitir que nos envuelvan o nos afecten demasiado, sin reaccionar, sin opinar, sin rotular, sin juzgar. Es importante concentrar nuestra observación en el momento presente y no en el pasado ni en el futuro, pues el presente es el único tiempo que puede tener nuestro control. El pasado es apenas un recuerdo, bueno o malo, y el futuro una simple e incierta expectativa. Lo que nos afecta positiva o negativamente no son las situaciones y los acontecimientos externos y sí nuestra manera de reaccionar a ellos. Es nuestra mente que nos torna felices o infelices.

Cuando conseguimos poner en práctica la ecuanimidad en cada momento de nuestra vida, con calma, paciencia, tolerancia, comprensión y flexibilidad, habremos conquistado la verdadera felicidad y nos habremos libertado de gran parte de sufrimiento.

“No existe un camino para la felicidad. La felicidad es el camino.” (Gandhi)

Carlos A. Gaudin
Profesor de Meditación y Filosofía Budista

Versión p/ español M.K. Hache
Para URUGUAY EN RÍO